Seminario de Humanidades LA EDAD MEDIA EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

Curso

En Lima

S/. 100 IVA inc.

Descripción

  • Tipología

    Curso

  • Lugar

    Lima

  • Duración

    Flexible

Se ha calificado en ocasiones a la Edad Media como la época de la “infancia” de Europa y, en general, de la cultura occidental. En la vida de cualquier persona los años de la infancia suelen ser fundamentales, aunque no toda la existencia de un ser humano depende sólo de esos años, por muy decisivos que hayan sido: la juventud, la madurez o la senectud van siempre más allá de esos fundamentos existenciales. Pero no es posible entender el desarrollo de una civilización, como es la Occidental, sin atender al sentido primigenio que tuvieron sus orígenes. El papel que desempeña el recuerdo del pasado es de suma importancia para entender la orientación de la existencia.

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  • Romanticismo
  • Estimularon

Temario

Las interpretaciones dadas a lo largo de la Historia sobre el significado del Medievo explican los avatares complejos de la cultura occidental hasta nuestros días. Las visiones peyorativas se alternan con otras de signo contrario. La edad “oscura”, “bárbara” o simplemente “intermedia” (como sinónimo de anodina), que se acuñan en el Renacimiento, en la época de la Reforma y en el “Siglos de las Luces”, generaron un caudal notable de relatos pesimistas que aún perduran. Por el lado contrario, las visiones idealizadas del Romanticismo estimularon la aparición de una cantera de temas de inspiración que apelaban a lo medieval como sinónimo de originalidad creativa, especialmente en todo lo relacionado con el espíritu de los pueblos y con sus aspiraciones nacionales. Las recientes tensiones nacionalistas en el viejo continente aún tienen mucho que ver con esta corriente.

Nuestra cultura contemporánea ha generado un especial interés por el relato, hasta el punto de identificar la historia académica como una mera forma de la técnica narrativa. La confianza que antaño se depositaba en la investigación objetiva y metódica de las fuentes, algo propio del historiador profesional, ha sido sustituida por una impresión que tiende a identificar la Historia con una mera narración, donde los elementos del “discurso” tienen una coherencia interna que desplaza por completo a la objetividad de la investigación verificable de los datos. Este “giro lingüístico” ha abierto las puertas a un relativismo que parece invadir todos los terrenos de la realidad.

La sociedad de la información que hoy conocemos no es ajena a estas tendencias de fondo. La multiplicación de los medios de difusión a través de las herramientas que proporciona internet ha servido para acelerar y facilitar unos contenidos que, en ocasiones, son muy antiguos, aunque el consumidor no sea consciente de ello. La escasa formación cultural del hombre contemporáneo provoca una indefensión ante unas potentes herramientas que le sirven en bandeja una mezcla compleja de verdades y mentiras, no siempre fáciles de distinguir. La preocupación creciente de los estados por la extensión interesada de los bulos y noticias falsas (fake news), tendría que servir para que los usuarios de las redes sociales aprendiesen a distinguir la calidad de los contenidos que le ofrece el universo de la red.

En el seminario se expondrán, junto a las tendencias aquí descritas, algunos ejemplos concretos relacionados con el mundo medieval. En efecto, algunos temas clásicos del Medievalismo, como las Cruzadas, la Inquisición, las universidades, los sistemas parlamentarios o las lenguas romances, entre otros temas célebres, han experimentado las consecuencias de una tendencia cultural que acelera la difusión de mensajes de naturaleza muy heterogénea, donde la calidad y la coherencia del relato o de la imagen tiende a desplazar en ocasiones la objetividad del contenido.

La universidad actual haría bien en recoger el guante del desafío que presenta la sociedad de la información, y asemejarse a las primitivas universidades medievales, donde la estrecha relación entre discípulos y maestros sentó las bases del conocimiento científico y permitió la permanente apertura a la verdad.

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